Los compresores, al igual que todas las máquinas accionadas por motor, deben enfriarse cuando se sobrecalientan (piense, por ejemplo, en las computadoras). ¿Cómo enfriar los compresores industriales? Hay dos métodos en particular, según el tipo de compresor: refrigeración por aire o refrigeración por agua.

Cómo se lleva a cabo el enfriamiento de un compresor por aire o por agua

En los siguientes párrafos nos daremos cuenta de cómo se enfría un compresor, teniendo en cuenta que, si se opta por la refrigeración por agua, existen tres modos de refrigeración. Veamos todo en detalle:

Refrigeración por aire de un compresor

Casi todos los compresores actuales son compatibles con la refrigeración por aire. El enfriamiento se realiza gracias a ventiladores que empujan los flujos de aire a través de los radiadores dentro de las máquinas. En este caso, la ventilación de aire contiene el 100% de la energía consumida por el motor eléctrico. En algunos casos es posible optimizar la refrigeración de los compresores utilizando radiadores en el lado donde se ejerce la mayor presión para realizar una especie de precalentamiento. También se puede utilizar un ventilador de parada para conseguir un mayor ahorro energético.

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Refrigeración por agua de un compresor

Como se anticipó, la refrigeración por agua de un compresor se puede realizar de tres formas diferentes. Comencemos con un hecho: cuanto más se enfría el aire comprimido en el intercooler, mayor es la eficiencia del compresor frente a más vapor de agua que se condensa. De hecho, el agua de refrigeración contiene aproximadamente el 90% de la energía absorbida por los motores eléctricos en forma de calor.

Los tres sistemas de refrigeración por agua se pueden resumir de la siguiente manera:

Sistemas abiertos sin circulación de agua

Sistemas abiertos con circulación de agua

Sistemas cerrados con circulación de agua

En el primer caso, el agua de refrigeración es suministrada por una fuente externa que puede estar representada por un cuerpo de agua (río, lago, pozo, etc.) así como por una red de agua. Una vez que pasa al compresor, el agua se desecha como aguas residuales. Este sistema debe estar necesariamente regulado por un termostato para poder controlar la temperatura y el consumo de agua en cualquier momento. Este primer sistema resulta económico, pero ante la sencillez de instalación.

En el sistema abierto con circulación de agua, esta última se enfría en el interior del compresor y posteriormente en una torre de refrigeración que tiene la función de gotear el agua hacia la cámara donde se comprime el aire. Este es un sistema no muy ventajoso si desea mantener la contaminación del agua a niveles mínimos.

El sistema cerrado con circulación de agua proporciona una circulación continua de agua entre el compresor y los intercambiadores de calor externos a su vez refrigerados por agua o aire. Estos sistemas requieren bajos costos de mantenimiento si se instalan correctamente.

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